Es una mañana de domingo del año
1958 ó 1959 – no tengo tan buena
memoria, yo nací en 1955 – mis hermanos
mayores, de diez y doce año más o menos, están levantados desde las seis de la mañana; “no caben en su pellejo”
de entusiasmo y de alegría. La razón; no es para menos, nos vamos de paseo a la
Tablada de Lurín en el tren de “Viterbo”.
El tren de “Viterbo”, como lo llamábamos, era el ferrocarril de Lima a
Lurín que empezó a construirse allá por el año 1913 y entregado al tráfico en
1918; en realidad, era la primera etapa del que posteriormente llegaría a
Chilca, Mala, Cañete y; finalmente, a Pisco. La finalidad de su construcción:
Lima necesitaba de un medio de transporte de tropas que impidiese, o por lo
menos estorbase, el desembarco de un ejército enemigo: esto por la nefasta
experiencia de la guerra con Chile; pero, como dicho temor pasó, ya no se
culminó la ruta planificada hasta Pisco.
Son las ocho de la mañana,
estamos yendo con mis padres y mis hermanos rumbo a la estación de “Viterbo”,
realmente será un hermoso día; iremos a visitar a una familia arequipeña que tiene
una rústica casa pero grande, con huerta en la Tablada de Lurín y que siempre nos invitan a
ir.
Lurín se hizo notar cuando, en 1921, se formó la primera “barriada” - entiéndase que el término barriada no usado en
forma despectiva sino como un pequeño barrio - de provincianos trabajadores y
honestos. Hasta esa fecha, los provincianos que llegaban a la capital, en su
mayoría pobres, ocupaban los callejones o las viejas casonas abandonadas, tanto
en El Cercado como abajo el Puente (hoy el Rímac). Por ello, Tablada de Lurín
fue la primera “barriada” que se formó en las afueras de Lima y sus pobladores
podían acudir a laborar a la capital en el recientemente inaugurado
ferrocarril.
Llegamos a la estación de
Viterbo. Veo muchas personas que
reflejan en su rostro alegría y entusiasmo. En el patio de la estación hay unas bancas con listones de madera en donde
mis padres esperan sentados. Mis hermanos mayores, corretean por los pasadizos
de la estación dando rienda suelta a su alegría que presagia un bonito día -¡ya
chicos vengan! - dice mi madre - El tren
se acerca, veo a lo lejos humo y escucho un ruido cada vez más fuerte ¡chus,
chus, chus,! y el potente silbato del tren ¡que impresionante! una locomotora a
vapor de color negro se viene acercando.Se estaciona con sus imponentes vagones
como en las películas del viejo Oeste. Subimos todos de prisa, corremos por el interior
de los antiguos vagones a coger un buen sitio. El de la ventana es el más
"buscadito".
La Estación de Viterbo, en el actual jirón Amazonas, se podía ver
hasta principios de la década de 1980 cuando la Municipalidad de Lima decidió
traerla abajo y usar el terreno como feria comercial. Las estaciones de
Pachacamac y de Lurín todavía se pueden ver y sirven como viviendas.
El tren echa a andar lentamente,
atrás va quedando la estación veo por la ventana unos cerros con algunas casas pobres
sobre ellos. Va tomando velocidad al
tiempo que se zarandea. El sonido del pito se pierde en el aire. Dejamos
la ciudad y ahora veo chacras, cruzamos un puente y seguimos el recorrido
Después de casi dos horas, el tren hace una parada en la Tablada para luego
continuar su ruta ¡al fin llegamos! Nos bajamos a la estación y de ahí
divisamos, no tan lejos, el mar. La casa queda en lo alto de una especie de
colina. Salen a recibirnos con mucho cariño y hospitalidad. ¡Vamos chicos! ¡A
disfrutar el hermoso paseo!...............
El recorrido total de tren era de 48 kilómetros y pasaba junto al
cerro El Agustino, cruzaba Nicolás Arriola sobre un puente y tomaba todo lo que
hoy es la avenida Circunvalación hasta San Juan de Miraflores y Villa María del
Triunfo, desde allí por la Tablada de Lurín hasta el campamento de Atocongo
cerca de la fábrica de cemento, pasaba el río Lurín sobre un puente de 52 m y
llegaba al pueblo de Pachacamac y desde ahí a Lurín.
Desde los inicios, el ferrocarril dependía económicamente de los
servicios que le prestaba a la Compañía Peruana de Cementos Pórtland, para el
transporte de la materia prima en la producción del cemento. Pero, en el año de
1952, dicha compañía inicia una etapa de modernización, y construye un camino
propio para el transporte del cemento, dejando de esa manera de utilizar el
ferrocarril.Desde mediados de la década del cincuenta, el ferrocarril
atravesaba una crisis económica. Los ingresos propios del transporte se habían
reducido hasta en un 90%. Esto hace que el estado decida clausurar ésta vía
férrea el año de 1964.
Estación de Viterbo
Estación de Viterbo
Planta de Tratamiento
de las Conchitas en donde existe un vagón